¿Cómo lavar las orejas de un perro? – NIUS – NIUS
La higiene es una cuestión de gran importancia si queremos que nuestro perro goce de buena salud. Para ello, es primordial bañar a tu mascota cuando toca, recortar sus uñas, cuidar su salud bucodental o limpiar sus conductos auditivos.
Como nos ocurre a los humanos, las orejas de los perros también se llenan de cerumen, piel muerta, pelos o suciedad. Si no se realiza una limpieza periódica de las orejas, hay un riesgo mayor de que nuestros amigos peludos sufran de otitis, una infección del conducto auditivo.
Para prevenirlo, bastará con limpiar las orejas de forma externa e interna una vez a la semana. No obstante, si tu perro es de una raza de orejas caídas, como Cocker Spaniels y Basset Hounds, o le gusta nadar con frecuencia, requerirá una limpieza más intensiva.
En NIUS te explicamos todos los pasos a seguir para limpiar de forma efectiva las orejas de tu perro.
Aprovecha el momento de limpiar las orejas de tu perro para hacer una revisión de su estado de salud y prevenir lesiones. Observa detenidamente el exterior y el interior de sus oídos y si detectas cualquier aspecto anormal, lo mejor será que acudas al veterinario cuanto antes.
Algunas de las señales de alarma pueden ser que el perro se rasque las orejas, que las orejas huelan mal, presenten protuberancias, cerumen excesivo, inflamaciones o enrojecimiento.
La parte externa es la más fácil de limpiar, ya que es la menos delicada. Toma una gasa estéril y humedécela con un poco de agua oxigenada, una solución salina o un limpiador ótico específico para perros.
Levanta la oreja y limpia suavemente haciendo círculos. Haz lo mismo en la otra oreja con una gasa nueva.
Los oídos de los perros suelen ser muy sensibles, así que es crucial tener mucho cuidado durante la limpieza y no utilizar nunca bastoncillos.
Si empleas un limpiador ótico, aplica unas gotas de la solución dentro del canal auditivo. Después, coge una gasa estéril nueva, masajea la base del oído y retira el exceso de limpiador. Repite el proceso en la otra oreja con una gasa nueva.
Si no tienes un limpiador ótico, humedece una gasa nueva en agua oxigenada o una solución salina y envuélvela en tu dedo. Introdúcelo suavemente en el oído del perro y realiza pequeños movimientos circulares hasta que la gasa salga limpia. No introduzcas el dedo más allá de un centímetro de profundidad y utiliza una gasa nueva para el otro oído.



